Se sobreactúa el rechazo hacia una ideología o hacia sus representantes, negándose a compartir espacio, declarando alertas mediante manifiestos, infundiendo miedo a catástrofes y recortes en las libertades. Consignas de no pasarán, nunca más, por la dignidad... Se utiliza en conjunción con la creación del enemigo. Busca contagiar el rechazo mediante las neuronas espejo del espectador, con la emoción del asco (que regula la tolerancia). Mientras no se base en realidades se trata de un truco propagandístico.