EL PAIS. La política de las emociones sepulta el debate

02 MAY-21

En la serie que seguimos sobre la manipulación "de guante blanco" del diario El País, hoy traemos este artículo, de acceso libre, sobre las políticas populistas. 

Coincidimos plenamente con el título, pero el contenido es tan sesgado y manipulador como otros tantos artículos del diario de PRISA. El título nos induce a pensar que, en efecto, el diario da en la diana y que en las líneas del texto que sigue vamos a encontrar la mesura y la independencia que necesita la política. Craso error, puesto que lo utiliza para seguir atacando (con medias verdades y falsedades) a los adversarios políticos del PSOE, su partido preferido, mientras masajea a sus allegados.

Comienza, por supuesto, achacando los eslóganes populistas a Isabel Díaz Ayuso, candidata del PP.

«Isabel Díaz Ayuso trazó una metáfora involuntaria de la campaña del 4-M en la carta que envió a todos los electores madrileños. Donde los demás candidatos se presentaban y resumían sus propuestas, la cabeza de lista del PP incluyó su foto, un lema — “libertad” o “seguridad”— y un folio en blanco.»

No entramos al fondo de la campaña de Ayuso, pero no necesariamente el formato es menos populista que el resto. Esto dependerá del contenido de los textos del resto de partidos. El País considera la carta electoral del PP como el icono más expresivo de la campaña de eslóganes tremebundos, agresividad desatada y escaso contenido Adjetivo opinativo . No vemos agresividad y ni nada tremebundo, aunque sí vemos escaso contenido. Información dudosa

«Al margen del único debate entre candidatos, el ruido ha apagado la discusión sobre la pandemia, en una comunidad en la que murieron 5.000 ancianos en residencias y que es la segunda de España que menos dinero per cápita destina a sanidad. Como apenas se ha hablado de desigualdad, cuando Madrid es la región que más aporta al PIB nacional y tiene al 42% de la población con dificultades para llegar a fin de mes.»

Madrid tiene los mejores datos de España en economía: en creación de empleo, en resistencia a las medidas contra la pandemia (son actualmente la locomotora del país), en actividad económica, en atracción de población de otras comunidades. Su sistema sanitario es de los mejores del país en relación a su población, y los datos de pandemia están muy por delante de las comunidades gobernadas por el PSOE u otros partidos (siempre puestos en referencia a la población, claro) pero EL PAIS sabe elegir los datos que convienen a su relato para hacer aparecer un caso de éxito como si fuera un fracaso. Información falsa

«De Ángel Gabilondo se ha hablado mucho en los últimos días por el endurecimiento de su tono contra la ultraderecha, pero, al tiempo, el candidato socialista ha mantenido una agenda intensa con actos sobre educación, feminismo e inmigración»

De nuevo, el mantra de la ultraderecha Información falsa , punto clave de esta supuesta campaña de propuestas. ¿Por qué el País no ha dado ningún titular sobre la agenda de Gabilondo sobre temas que preocupan, según parece, a la población como el feminismo y la inmigración, además del comodín de la educación? ¿Es que tampoco puede evitar adoptar un tono populista en las informaciones? ¿O que precisamente el tono populista le aporta ingresos?


«Pero en su equipo de campaña admiten que es muy difícil que trascienda todo eso con tal grado de polarización. “Cuanto menos se hable de gestión y de programas, mejor para Ayuso”, lamentan.»

Es decir, exculpan al equipo del PSOE por entrar en los eslóganes populistas, y le echan la culpa a Ayuso Conclusión sacada de antemano . Si quisiera, el PSOE podría haber hablado de su programa económico, de educación, de feminismo o inmigración, pero no lo han hecho porque Ayuso hablaba de Comunismo o Libertad. Si esto fuera así el PSOE estaría dejando que el PP marque su campaña y de los temas que hablan. No serían, por tanto, capaces de establecer su mensaje de forma independiente.

A continuación viene un párrafo en el que se hacen eco de "un dirigente del PP" en el que afirma que Ayuso también ha hecho actos sectoriales sobre otros temas. Lo terminan con una frase final crítica: «Pero apenas ha ofrecido proyectos nuevos Adjetivo opinativo e improcedente , y ha presentado las elecciones como un plebiscito entre ella y Sánchez». No corren riesgos de que el lector pueda pensar algo positivo sobre Ayuso.

« Más Madrid lo dejó claro en su lema electoral: Lo que de verdad importa. Su jefe de campaña, Pablo Gómez Perpinyà, dice que eran conscientes de que “el ruido y la polémica terminan triunfando” debido a la “mediatización de la política”. »

No acertamos a ver la propuesta de Mas Madrid en semejante eslógan. Parece más bien una frase publicitaria sin contenido. ¿Qué es lo que de verdad importa? Adjetivo opinativo

«Y aun así, su apuesta por temas como la mejora de los servicios públicos y de los cuidados sí que ha logrado abrirse paso entre el barullo: “Esto no puede ser un Madrid-Barça. Más allá de las informaciones que copan los medios, lo que de verdad importa a la gente son los centros de salud, los colegios, la vacunación... Creo que nuestra estrategia ha funcionado”.»

Aquí parece que concretan sobre lo que de verdad importa, pero simplemente lo nombran. No vemos propuesta ninguna. Aquí El País no termina el párrafo con ninguna frase crítica o con adjetivos, porque se trata de sus socios. Al revés, una frase positiva: ha funcionado.

¿Quién puede estar en contra de "la mejora de los servicios públicos"? ¿Y de los cuidados (signifique lo que signifique)? ¿Podemos calificar esto como propuestas concretas?

«Aunque de Pablo Iglesias se ha hablado en los últimos días sobre todo por su disyuntiva de “democracia o fascismo”, el candidato de Unidas Podemos no ha dejado de referirse en cada mitin a la sanidad y educación públicas —propone 1.000 millones más de inversión para cada una de esas áreas—, de una fiscalidad que grave a los más ricos o de la regulación del precio de la vivienda. »

Aquí se intenta decirnos que quien ha basado su campaña en las supuestas cartas amenazantes, el peligro de la ultraderecha y el fascismo, o el riesgo de destrucción de la democracia, en realidad ha hablado fundamentalmente de sanidad y educación, proponiendo nada más y nada menos que mil millones de inversión. Media verdad


«“¿De qué van estas elecciones? ¿De propuestas o del peligro del fascismo?”, se preguntó en un acto el pasado jueves. “Precisamente porque hacemos este tipo de propuestas y cuando gobernamos las peleamos hasta el final, el fascismo aparece como un peligro”. El feminismo o el transporte público han sido otros temas muy repetidos en su campaña.»

Aquí se vuelve a afirmar la cuadratura del círculo. Las propuestas son en realidad luchar contra el fascismo, que es la anti-propuesta, y lo que el artículo pretendía criticar desde un principio. 


«También Vox ha dejado algunas propuestas: menos impuestos, más seguridad y apertura total de comercios y hostelería. Pero, en su caso, la decidida apuesta por el ruido Información dudosa se ha escenificado Adjetivo opinativo sin mucho disimulo: su gran aportación ha sido una campaña contra la acogida de niños inmigrantes.» Adjetivo opinativo e improcedente

Por fin llegamos a la crítica central del artículo: la propuesta de Vox, según El País, es una campaña contra la acogida de niños inmigrantes. Sorprendente interpretación de la denuncia de Vox sobre el exceso de delincuencia por parte de algunos inmigrantes menores de edad. Cabría aquí puntualizar el uso de la palabra niños Verbo o expresión emocional para referirse a jóvenes de 17 años que, en algunos casos, han perpetrado violaciones grupales en parques públicos. Por supuesto la propuesta de Vox no es política, sino una decidida apuesta por el ruido.

Finalmente se refieren a las palabra de Verónica Fumanal, asesora de políticos:
«La política ahora forma parte del entretenimiento y los políticos funcionan como celebrities. Así lo han creado entre los medios, las audiencias y los propios políticos. Si alguien va a la tele a hablar de presupuestos, la gente cambia de canal».

Al menos en el último párrafo admiten que son ellos mismos (los medios generalistas y masivos, como lo es El País) los que están construyendo una campaña populista.



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