En aquel 15M que todos recordamos resurgió una ilusión que traspasaba ideologías, clases sociales, territorios o generaciones. Todo el mundo estaba de acuerdo en acabar con la política que estaba llevando al país a la ruina moral y económica.
El movimiento fue utilizado por la izquierda extrema para arrimar el ascua a su sardina. Nació Podemos y sus múltiples marcas territoriales con la idea de regenerar la política. Resultado: su líder pasa de vivir en un piso modesto en Vallecas a comprarse un chalet de lujo en la Sierra de Madrid en apenas unos pocos años. Coloca a su pareja en un ministerio. Las normas "anticorrupción" del partido como limitación de sueldos, mandatos, etc., son abandonadas a medida que sus dirigentes llegan a puestos de responsabilidad y cargos públicos. Un engaño en toda regla.
Hoy, diez años después, aquel grito es más necesario que nunca. La situación no sólo no ha mejorado, sino que estamos en una situación calamitosa de corrupción.
Pero ¿se agotó con el fracaso del 15M la necesidad y las posibilidades de regenerar la política y el país?
Podemos primero y Ciudadanos después se crearon en apenas un año y consiguieron una cuota de representación que, sobre todo en el caso de los naranjas, estuvo a punto de desbancar a alguno de los "grandes" partidos del establishment.
Esto quiere decir que, gracias a Internet y a las redes sociales, es posible armar una alternativa en relativamente poco tiempo.
¿Cuál fue el fallo del 15M y de sus nuevos partidos? Que al poco tiempo de empezar a tener éxito se encerraron en ideologías, ya fueran de derecha o izquierda o centro, que dividieron a su electorado y generaron los conflictos tradicionales. La división en bandos es, desde siempre, el método de la clase política para mantener el estatus quo. Mientras haya dos bandos, hay partido, y ellos juegan el partido. Nosotros, los ciudadanos, miramos y nos dejan recogerles las pelotas.
¿Cuál es por tanto, el camino para encontrar una alternativa anti-corrupción? La limitación de esa alternativa a los objetivos fundamentales de la regeneración: establecer leyes anti-corrupción en la Constitución Española para que ningún partido en el poder pueda vadearlas con trucos legales, y construir una verdadera separación de poderes desde la propia Constitución, para que haya un equilibrio y unos contrapesos, y para que la Justicia pueda operar libremente.
La creación de un partido de concentración, apolítico y sin una ideología tradicional, es la única solución viable que vemos. Este partido debería crearse por un grupo de personas de probada ética personal, y firmarían un acuerdo por escrito con la totalidad de sus votantes (un documento vinculante y con responsabilidad penal) para llevar a cabo única y exclusivamente los objetivos anti-corrupción.
Las nuevas tecnologías podrían hacer el resto, con votaciones electrónicas que fuesen estableciendo los mínimos en torno a los cuales podrían reunirse un número suficiente de votantes para formar una mayoría de tres quintos en el Congreso y el Senado.
En CC creemos que esto ES POSIBLE, y que hay GENTE HONESTA en España para llevar adelante este plan.
En 2024 aparece "Se acabó la fiesta" de Alvise Pérez, el último intento de escapar de la partitocracia corrupta. Medios apesebrados y partidos políticos van a degüello contra él. ¿Por qué será?
¿Estás dispuesto a participar?
El proceso más lento y costoso es llegar a una mayoría social que comprenda estos principios y quiera comprometerse con su voto para el proyecto. También puede llegar a ser complicado crear la confianza necesaria en un ámbito (el de la política) con tan mala reputación y conseguir gente honesta a toda prueba que ejecute el plan acordado. Esto es lo realmente difícil: conseguir gente honesta, honrada y a prueba de soborno que quiera entrar en la política.
En CC estamos seguros de que existe un espacio común en el que los españoles podemos ponernos de acuerdo para terminar la fiesta de los políticos y los jetas y en ejercitar nuestra soberanía para reformar el régimen (la Constitución) y conseguir una auténtica independencia de los tres poderes del Estado.
Nadie dice que sea fácil, pero lo difícil suele merecer la pena.
¿En qué principios básicos estarías de acuerdo para formar esta alternativa?
Aquí proponemos algunos:
La nueva Junta Democrática de España, creada por el abogado y youtuber Rubén Gisbert, acierta en su diagnóstico del problema (la corrupción sistémica del actual régimen) pero propone una solución que dejaría a la política española en un territorio de nadie, donde podría producirse un peligroso vacío de poder.
Según Gisbert, una abstención superior al 50%-60% dejaría al régimen "sin legitimidad" y "obligaría" a los partidos a hacer reformas. ¿De verdad cree Gisbert que los actuales líderes políticos van a abandonar sus puestos y prebendas por una "falta de legitimidad"? Nadie podría obligarles a abandonar y ellos se agarrarían a una supuesta legitimidad del 40, 30 ó 20% para seguir en el poder.
Si algo hemos aprendido en los últimos años es que los políticos actuales no se caracterizan por respetar ninguna norma que no les obligue de forma coercitiva. Por eso, desde CC propugnamos la creación de un partido de concentración, es decir, la iniciativa de la sociedad civil unida para tomar el poder legítimamente, según los cauces del propio sistema. Lo único que hace falta para lograrlo es organización, difusión y un grupo de personas honestas que se comprometan con los principios de neutralidad.
En 2024 Rubén Gisbert abandona la Junta y quiere montar su propio partido.