La manera contemporánea de manipular las ideas para seguir una agenda política y de transformación de espaldas a la gente es a través de lo que llamamos el polizón conceptual. Se trata de inocular unos conceptos concretos en un discurso general más amplio, para ir preparando a la audiencia en su aceptación.
Como en el cáncer celular, el cáncer conceptual comienza con una célula (una idea) maligna que aparece en un tejido sano. Empieza a reproducirse de forma descontrolada y coloniza todo el tejido hasta destruir al organismo.
En el proceso de manipulación que exponemos aquí se toman ideas socialmente aceptadas, conceptos talismán que suenan bien y conectan con un valor fuerte de la persona, y se les añade un adjetivo nuevo o se coloca la palabra en un nuevo contexto. El sintagma resultante es nuevo, extraño, nadie conoce exactamente su significado, y esto es aprovechado por sus promotores para CREAR un concepto a partir de otro, enganchándose a los significados emocionalmente positivos del original. Se utiliza la palabra talismán (derecho, libertad, diversidad, tolerancia, igualdad, educación, sostenibilidad, empoderar, garantizar, reconocer) como disfraz para pasar el nuevo concepto, la nueva idea y su significado, sin tener que debatirlo, presentarlo, aclararlo y demostrar su adecuación. Porque si se debatiera o se analizara, se vería claramente su verdadero significado.
La intención es que aceptemos el nuevo concepto a través del antiguo, sin pararnos a pensar ni analizar en qué consiste el cambio. Se trata de un polizón que se cuela sin ser visto.
Nadie aceptaría, por ejemplo, el aborto como "eliminación de vidas humanas en su etapa más vulnerable de crecimiento en el seno de sus madres", es decir, lo que es en realidad. Así que se presenta como un "derecho reproductivo" o como una "interrupción voluntaria", deshumanizando al niño como si no fuera "nada". La palabra derecho es el polizón a través del cual nos cuelan el aborto, la eutanasia, la limpieza étnica, la reducción de población y otras ideas de la posmodernidad que hace 30 años serían consideradas aberraciones o conceptos directamente criminales, inaceptables.
Este es el método que se ha utilizado con la Agenda 2030. Sus 17 objetivos parecen loables y buenos, incluso evidentes, en su primera lectura. Si vamos a la explicación pormenorizada que se hace de algunos de ellos, descubrimos los "polizones" ideológicos, como es la agenda de género, el aborto (reducción de población) y la mal llamada diversidad sexual.
El objetivo principal, la prioridad, está realmente en los polizones. El envoltorio de los 17 objetivos es simplemente eso, un recubrimiento para que no se vea la realidad ni ese objetivo en la sombra. Para verlo con mayor claridad habría que asistir a las negociaciones internas entre las organizaciones que promueven esta Agenda 2030 y los estados: cómo y dónde se presiona para que se acepte esta agenda con medidas concretas.
Analizamos los 17 objetivos y sus 169 metas (la letra pequeña, por así decirlo).
Cualquiera que eche un vistazo a la realidad mundial vería que son obvios los objetivos realmente urgentes: acabar con la pobreza y la violencia, mejorar el nivel de vida, acabar con las muertes violentas y los suicidios que van en progresión exponencial, reducir o acabar con las guerras.
Pero no. No hay referencia real a estos gravísimos problemas. Todo se centra en la sostenibilidad, la igualdad "de género" forzada, la ideología de género (victimización de la mujer) y en hacer brindis al sol con objetivos obvios (pobreza cero, agua para todos, justicia, lucha contra la corrupción, ciudado de los ecosistemas, etc.) que son obviamente imposibles de conseguirin medidas muy concretas que no se especifican.
Eso sí, en la Guía de los vagos para salvar el planeta, ya se encargan de especificar con detalle minucioso lo que usted, ciudadano de a pie, puede hacer desde que se levanta hasta que se acuesta, para reducir su gasto energético y paliar su "huella" en el planeta. Recordemos que para los globalistas, el ser humano es "polución" y la vida del planeta está por encima de la vida de sus habitantes.
Los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible son una enorme manta con la que tapar objetivos globalistas de las élites mundiales, muy concretos, como son: la imposición y popularización del aborto y la reducción de población. Ambos son, en realidad, el mismo. Matar a los habitantes de la Tierra que "nos sobran".
Pero vayamos al verdadero núcleo de los ODS. En el 3º objetivo (Salud y bienestar), tan loable, vemos en la primera meta:
3.1 Para 2030, reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos
ONU alienta y promueve el aborto en todos los paises del mundo. El Banco Mundial y el FMI presionan a los gobiernos condicionando las inversiones a la aceptación de leyes permisivas con el aborto. Los pocos niños que sobreviven a este primer genocidio sí son protegidos por los ODS, o eso parece.
3.2 Para 2030, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1.000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1.000 nacidos vivos
Observemos que abogan por poner fin a las muertes evitables de recién nacidos... Siempre que sean queridos y aceptados. Imagínese si siendo evitable lo dejásemos pasar.
3.6 Para 2020, reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo
Vemos que en estos objetivos no aparecen las mayores causas de muerte en el mundo a día de hoy: el aborto y el suicidio (dentro del cual se podría incluir la eutanasia). ¿No es extraño que esta preocupación por la vida se limite precisamente a las causas menos prevalentes? ¿O es que son precisamente las políticas y la cultura globalista las probables causas del aumento de suicidios y de otros modos de violencia como el neomarxismo que enfrenta a la sociedad entre sexos?
3.7 Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales
Por fin hemos llegado al verdadero objetivo. Si usted no entiende lo que significa salud sexual y reproductiva, no se preocupe. Nadie sabía lo que significaba tampoco en la Conferencia de Beijing, por eso hubo protestas de muchos países. Ahora ya lo sabemos: significa aborto. Quizá le resulte raro que se utilice la palabra "salud" para hablar de un procedimiento cuyo objetivo es matar a un niño en el seno de su madre. Pero si llaman a ese crimen "interrupción voluntaria del embarazo", ¿por qué no llamar al aborto "salud reproductiva"? En el paquete también se incluye la anticoncepción, pues está demostrado después de 50 años de políticas eugenésicas, que la mentalidad anticonceptiva aumenta y no disminuye los abortos. Los métodos anticonceptivos no son infalibles, incluso cuando se utilizan correctamente, y la percepción de riesgo de embarazo no deseado baja, con lo que se adoptan comportamientos más arriesgados, más parejas sexuales y una definitiva separación entre sexo y procreación.
La promoción de los métodos anticonceptivos por parte de la multinacional abortista Planned Parenthood no se trata de una autoflagelación, ni de una contradicción, sino de la lógica capitalista de obtener más y más beneficios de su principal "servicio". A más anticoncepción, más aborto.